Las oficinas son los lugares en los que se consume más papel, por eso es necesario organizarla y evitar que se despilfarre o se recicle de manera errónea.
Para ello lo primero que se debe hacer es un estudio en el que se calcule la cantidad de papel que se genera. De esa forma será mucho más sencillo saber el número de contenedores de papel que habrá que colocar y la frecuencia con la que la empresa que se encargue de recogerlo deberá acudir para llevarse todo el papel almacenado.
Para hacer el cálculo de cuánto papel se consume, y por tanto, la cantidad de papel que se puede llegar a reciclar, habrá que medir en kilos el papel que entra en la oficina, como por ejemplo el número de papel que se compra, el correo, las publicaciones, los periódicos etc. Además, no hay que olvidarse de la cantidad de papel que se almacena y la que sale de la oficina.
Este cálculo siempre será aproximado, ya que tampoco es cuestión de ir con un báscula pesando por toda la oficina los kilos de papel que se están utilizando, se trata de tener una idea de cuánto puede ser, ya que resulta muy difícil calcularlo con total exactitud.
Para hacer este cálculo existe un pequeño truco. Si tenemos en cuenta que el papel que entra en la oficina, aquel que no se compra, es el mismo que el que acaba saliendo, solo necesitaremos saber cuánto papel hemos comprado.
Para conocer este dato podemos acudir al departamento de administración de la empresa y mediante las facturas conocer a las empresas suministradoras de ese papel para pedirles información sobre el peso del papel.
Por ejemplo, un paquete de hojas DIN-A4 de 80g/m2 pesa aproximadamente unos 2,5 kilos. Así que podríamos realizar un cálculo medio del papel que se usa en una oficina por persona y año (se trata de aproximadamente unos 50 kilos por persona y año, es decir, alrededor de un kilo por persona de manera semanal).
Esto siempre será una media aproximada ya que muchos empleados en la empresa prácticamente no utilizarán papel y otros superarán esta media.
Este cálculo ayudará a organizar mucho mejor la oficina y dejarlo todo organizado para poder, posteriormente contratar a una empresa que se haga cargo de recoger el papel para llevarlo a las plantas de reciclaje.
La organización es, en definitiva, la base del reciclaje.