Establecer cuál es el ideal óptimo al que una empresa aspira alcanzar puede ser más complicado de lo que parece. Si se analiza la noción más habitual del término, “ideal” alude a un estado de facto que no se alcanzará jamás, pero que aun así moviliza todos los esfuerzos de alguien o algo por alcanzarlo.
Esto podría ser la noción más común de ideal que manejan las empresas: un objetivo a perseguir, que difícilmente se logrará. No obstante, en lo que sigue se propondrá una alternativa diferente a la noción habitual de ideal en el contexto de las dinámicas empresariales. La clave que nos permitirá comprender ese sentido alternativo de ideal, es la destrucción de archivos documentales.
Una perfección orientadora
Si acudimos a una buena referencia, podríamos seguir la idea platónica. De acuerdo a este filósofo griego, existe una realidad de objetos perfectos, hermosos y atemporales que rige y determina los derroteros del mundo material.
Este último no es más que una copia inexacta de aquel, una imitación siempre insuficiente y perfectible. Sin embargo, por mor de la belleza irresistible que se desprende de las ideas, según Platón, las cosas que las imitan tratan de superarse en su propio ser, con la ilusión de equipararse al máximo con ellas. Trasladada esta imagen al entorno de las empresas, probablemente esa falta de realismo ha sido el que ha llevado al fracaso a muchas de ellas.
Ideal como diferencia
Sin embargo, todo puede cambiar si se toma el concepto de ideal como diferente a lo material, a lo real, a lo fáctico. Y así, este estado inalcanzable para una empresa, ya no sería tal, sino que sólo bastaría para emular al ideal de su propio proyecto en la capacidad de forjarse como diferente y adaptarse a las diferentes circunstancias económico-sociales en donde se desenvuelve.
Así pues, el ideal de las empresas es un ideal distinto en sentido al de las directrices organizacionales ortodoxas. El ideal de las empresas no es el de un progreso absoluto, sino más bien el de una diferencia dinámica en permanente auto-invención.
Factor de cambio
La destrucción de archivos documentales es un destacado factor para que se den todas esas transformaciones que orientan este ideal de empresa para el nuevo milenio. Incrementar la eficacia de los procesos, ahorrar tiempos, economizar recursos y aprovechar al máximo las ventajas del reciclaje son algunas de las vías por las cuales una empresa, gracias a la destrucción de archivos documentales puede ser más, siendo distinta en la realización cotidiano de su propio y dinámico ideal.