Cuando se presenta la ocasión para expandir una empresa, muchas veces se comete el error de invertir apresuradamente y con resultados, a la larga, bastante negativos.
Y es que el desembolso que requiere la búsqueda de un establecimiento adecuado en lugares remotos, el que se necesita para acondicionar el lugar, y todo el coste del pago de servicios mensuales nuevos que este satélite de franquicia conlleva, hacen que la esperanza de expansión se convierta en un verdadero lastre para el desarrollo de una firma. Sin embargo, como frecuentemente ocurre, los arboles no dejan ver el bosque, y ciertas herramientas empresariales muy valiosas como la destrucción responsable de archivos documentales, pueden estar próximas y resultar alcanzables.
Demasiado complejo
La opción de extender una firma conlleva varios aspectos logísticos y de inversión que deben considerarse previamente y a conciencia. Por ejemplo, hay que establecer si el área socioeconómica que caracteriza a la posible franquicia es la misma que maneja el perfil del franquiciador.
La población con que cuente el lugar, el tráfico de vehículos que se presente, la seguridad de la zona, y la accesibilidad a ese sitio son detalles que no pueden pasarse por alto. Posteriormente, se debe estimar si el local adquirido, o que será utilizado como sucursal, cuenta con las dimensiones y el diseño que se precisa para las necesidades que se precisa solventar.
Si no es así, se deben efectuar un proceso generalmente costoso de acondicionamiento para dejar al punto dicho local y ponerlo a funcionar.
La clave está en casa
Muchas veces resulta más beneficioso para una empresa evitar todo este procedimiento y hacer crecer el proyecto in situ, es decir aprovechar de mejor manera los espacios con que se cuenta, antes que adquirir o tramitar la obtención de espacios separados e incluso distantes. Es común que las empresas, independientemente de su sector, ocupen una valiosa parte de sus instalaciones almacenando, sin provecho alguno, fajos de papeles inservibles, o documentación que hace mucho tiempo ha perdido su vigencia.
Tras depurar convenientemente tales archivos y proceder a un proceso de destrucción documental de los mismos- contratando un servicio especializado y con alternativas de reciclaje- se pueden aprovechar todos esos espacios liberados para hacer crecer un negocio, sin dispendios innecesarios o excesivos. Es preferible expandirse internamente de manera segura, y no arriesgar capitales en lugares distantes, sin garantía alguna de rendimientos.